El capital riesgo suele estar relacionado con las empresas menos maduras, las de nueva creación o las que se encuentran en una fase temprana de desarrollo.
A menudo, el capital riesgo se destina a inversiones dedicadas a nuevas tecnologías, a la biotecnología, a nuevos conceptos de comercialización o a productos nuevos que aún no cuentan con un historial de logros o flujos de ingreso estables.
Los empresarios que manejan estas empresas necesitan un capital al que es difícil acceder, por ejemplo, desde el sistema bancario.
El capital riesgo se caracteriza por presentar un mayor riesgo y una mayor tasa de abandono de la inversión, pero puede proporcionar un rendimiento extraordinario ocasionalmente.